Uruguay es una democracia que apuesta por mantener su estabilidad y, hasta la fecha, ha mostrado un desarrollo adecuado, a pesar de que últimamente se observa un aumento del narcotráfico y de que la pobreza infantil afecta a un 20% de los menores de 6 años, según datos de UNICEF.
Uruguay no experimenta cambios bruscos ni convulsiones como los que se dan en sus países vecinos. Este país soberano de América del Sur mantiene un escenario político libre de causticidad, sin polarización ni enfrentamientos ideológicos significativos. Las diferencias entre los principales partidos políticos radican principalmente en sus enfoques para gestionar los asuntos públicos.
Hoy en día, la democracia uruguaya goza de vitalidad y de buena salud. Se percibe una sociedad que vive dentro de los términos de la igualdad, el bienestar económico y la convivencia. Las coaliciones y el pluralismo político encuentran eco en el Parlamento, y, a ojos del mundo, parece que los uruguayos tienen la capacidad de entablar un diálogo que trasciende el simple intercambio de opiniones sobre un mismo problema. Esto suscita la idea de que sus políticos y parlamentarios son capaces de practicar la crítica constructiva. Sin embargo, esta serenidad no es noticia fuera de sus fronteras; sus elecciones apenas captan atención en otros países, ni siquiera en aquellos preocupados por la desafección política y la crisis de sus democracias. Basta un breve recorrido por los medios internacionales para notar que las noticias de México, Venezuela y Estados Unidos suelen monopolizar la atención mediática. ¿Y Uruguay? Una democracia silenciada.
Aunque en Uruguay no se acoge el antagonismo exacerbado en la tribuna parlamentaria, tampoco son bienvenidos los representantes percibidos como insustanciales o similares entre sí, pese a provenir de partidos distintos y destacados. Si se percibieran de esa forma (tanto monta, monta tanto), la democracia podría confundirse con otros regímenes. Por esta razón, los candidatos y parlamentarios deben transmitir diferencias y generar expectativas de cambio, aunque sin comprometer la paz y el bienestar de la sociedad.
Nos hemos preguntado cómo percibe un reducido grupo de jóvenes estudiantes españoles a los candidatos uruguayos, ya que este segmento representa una franja de ciudadanos que se debe movilizar para interesarse en la política y los asuntos públicos que les conciernen. La encuesta utilizada para este propósito es accesible en: Enlace a la encuesta.
Esta se realiza mediante teléfono móvil: los encuestados comparten el enlace a través de WhatsApp y responden en presencia de los encuestadores para garantizar que efectivamente son estudiantes.
Nos trasladamos a la Universidad de Alicante, específicamente a la Facultad de Filosofía y Letras, entre el 29 de octubre y el 7 de noviembre de 2024, a las 15:00 horas aproximadamente. Nos centramos en los estudiantes de esta facultad. El 20% de los encuestados tiene entre 18 y 20 años; otro 20% tiene entre 21 y 23; y el 60% restante se encuentra entre los 24 y 26 años. El 60% de la muestra son mujeres, sumando un total de 40 participantes, por lo que la muestra es mínima y no generalizable.
El 70% de los encuestados estudia Lengua y Literatura; el 25% está en Turismo, y el 5% en Historia. Además, un 80% señala que consume medios de comunicación convencionales (RTVE, Antena 3 Noticias, La Sexta, Àpunt…). Solo un 2,5% ha tenido noticias de las elecciones presidenciales de Uruguay y un 2,5% de las de Venezuela, mientras que el 100% ha seguido las de Estados Unidos.
En ningún momento se informa a los encuestados sobre quién es cada candidato o a qué partido pertenecen. Nos interesa la tendencia política que vinculan a cada uno basándose solo en su imagen. Ningún encuestado menciona la palabra “populismo” al referirse a alguno de los dos candidatos. Las percepciones oscilan entre centroderecha y centroizquierda, lo que coincide con la realidad de ambos políticos, de modo que la imagen ideológica transmitida resulta acertada. Además, ambos candidatos inspiran confianza de manera similar.
Fuente: Yamandú Orsi (Frente Amplio) y Álvaro Delgado (BBC Mundo
El 80% de los encuestados percibe a Yamandú Orsi como un candidato de centroderecha. La imagen extraída de BBC Mundo proyecta esa ideología ante los jóvenes estudiantes españoles. Paradójicamente, Orsi encabeza la lista de la coalición de izquierdas Frente Amplio en Uruguay. Se observa que los códigos visuales y el bagaje de la política española de generaciones anteriores influyen en la percepción de los jóvenes: probablemente por el color azul de la camisa y el peinado del candidato, que comunican moderación y valores tradicionales.
En contraste, Álvaro Delgado genera opiniones divididas: un grupo considera que tiende a la derecha y centroderecha, mientras que el otro lo vincula al centroizquierda. A pesar de esto, destaca un hecho: Delgado inspira, en promedio, ligeramente más confianza, según un 60% de los encuestados.
Una puesta en escena del Frente Amplio unifica criterios: se percibe como un partido de izquierda. En cambio, el partido de Delgado genera opiniones encontradas: un 40% opina que tiende hacia la izquierda y un 60% hacia la derecha.
Frente Amplio, de centroizquierda. Captura de pantalla de YouTube.
Partido Nacional, de centroderecha. Captura de pantalla de YouTube.
En cuanto a las políticas económicas, uno de los temas en los que Orsi y Delgado difieren en la realidad, un 60% de los encuestados considera que ambos candidatos abogan por la expansión económica como vía para reducir la pobreza, basándose en las imágenes que proyectan.
Aproximadamente un 60% de los encuestados, al observar la fotografía de Yamandú Orsi sin conocer su identidad, lo perciben como “exótico” por sus rasgos faciales.
En relación con la educación, las imágenes de los perfiles de Instagram de los candidatos uruguayos generan estas asociaciones: un 60% de los encuestados asocia a Orsi con una preferencia por la escuela pública, mientras que un 80% percibe a Delgado como partidario de la educación privada, en consonancia con la realidad.
En conclusión, se confirma que la democracia de Uruguay, y específicamente las elecciones presidenciales de 2024, son ampliamente desconocidas entre el público joven español encuestado, que no ha oído hablar de ellas en los medios de comunicación convencionales.
Además, las imágenes de los candidatos reflejan una moderación en sus posicionamientos políticos, que coincide con la realidad uruguaya. Sin embargo, el bagaje cultural influye en la percepción ideológica de los jóvenes españoles. La mayoría percibe a Yamandú Orsi como un candidato de derecha, mientras que Álvaro Delgado genera opiniones divididas, aunque este último inspira ligeramente más confianza.
Bibliografía
Lissardy, G. (2024, octubre 25). Elecciones en Uruguay: por qué se dice que son las “más aburridas” del año (y que eso además puede ser envidiable). BBC News Mundo. https://www.bbc.com/mundo/articles/c1l446qdyymo
Lissardy, G. (2024, octubre 28). Elecciones en Uruguay: quiénes son Yamandú Orsi y Álvaro Delgado, los candidatos “similares” que se disputarán la presidencia en segunda vuelta. BBC News Mundo. https://www.bbc.com/mundo/articles/c14ll14xm05o
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