URUGUAY
YAMANDÚ ORSI Y ÁLVARO DELGADO, DOS CANDIDATOS Y UN SOLO ESTILO
Las últimas encuestas hablan de una victoria del frenteamplista Yamandú Orsi pero que no será suficiente (50+1) para ganar en primera vuelta y habrá que acudir al balotaje, presumiblemente con el candidato blanco Álvaro Delgado.
Si hiciésemos un ejercicio de adivinar de qué partido es cada uno simplemente por su imagen o algunos temas de campaña nos costaría saber quién es el candidato de la derecha uruguaya. El candidato de izquierda, en traje chaqueta azul marino y con un tono de voz calmado para un mitin electoral hablando de patriotismo y de seguridad ciudadana mientras que el candidato de la derecha en mangas de camisa hablando de dotar fondos para la discapacidad. Yamandú Orsi después de sus polémicas declaraciones de la semana pasada en Buenos Aires sobre la identidad uruguaya tuvo una importante conferencia de prensa para presentar a su futurible ministro de Economía Gabriel Oddone. Con una escenografía con margen de mejora, el candidato del Frente Amplio siguió con su estilo de traje chaqueta azul marino y camisa blanca sin corbata, formal pero sin pasarse,
pensando en un votante más progresista. Se le notó incómodo, sin interactuar con su compañera de fórmula Carolina Cosse y presentando de una manera un tanto fría a Oddone, sin apenas contacto visual.
Esta semana también participó en un pequeño mitin electoral en el departamento de Durazno, donde pidió una gran movilización a los militantes de su coalición electoral. Así mismo prometió prestar atención al interior del país (fue intendente de Canelones) prestando atención en su discurso a tres temas fundamentales: el desarrollo económico, la protección social y la seguridad ciudadana (lucha contra el narcotráfico). No faltaron tampoco apelaciones patrióticas al orgullo de ser uruguayos quizás como desquite a sus polémicas declaraciones en Buenos Aires ante empresarios argentinos. En ambos actos denotó su falta de carisma, le cuesta esbozar una sonrisa, se le nota incómodo en el trato cercano con la gente y que también se esboza en esa ceja derecha arqueada de manera casi permanente.
Álvaro Delgado es el candidato continuista del gobernante Partido Nacional. Tiene tablas en el discurso público ya que fue Secretario de la Presidencia y el portavoz del gobierno uruguayo durante la pandemia. En su fórmula electoral va de vicepresidenta Victoria Ripoll, mucho más polémica que él. En sus intervenciones, menos frecuentes que las de su rival electoral, ha demostrado un verbo fluido, sonríe más fácilmente y está poniendo en el foco los temas sociales y en especial el de la discapacidad. Habla con firmeza a la cámara, sus expresiones faciales acompañan a su discurso, pero aunque lo intenta, le cuesta mantener quietas las manos que en algunos momentos enfatizan su discurso y en otro lo distraen.
ESTADOS UNIDOS
KAMALA HARRIS ROMPE LA TENDENCIA A LA BAJA DE LOS DEMÓCRATAS Y YA SUPERA EN LAS ENCUESTAS A TRUMP
Kamala Harris está remontando en las encuestas que ya la dan como favorita con un 49% de los votos frente al 44% de Trump, remontando posiciones entre los votantes indecisos, los jóvenes y las minorías (afroamericanos e hispanos). Precisamente por la importancia de estas minorías en estados clave como Arizona y Pensilvania la candidata demócrata ha dado allí (Pittsburgh) su primera entrevista a una periodista televisiva como candidata en el canal MSNBC. Kamala, con traje chaqueta oscuro y complementos dorados (insignia con la bandera incluido) ha intentado seducir a las clases medias trabajadoras con una escenografía de taller manufacturero. Ha sacado todo su carisma hablando en primera persona del plural y respondiendo con mirada firme a temas como el incremento del coste de la vida, el sistema migratorio o los impuestos. Como anécdota confirmó que de joven trabajó en McDonald´s e hizo uso de un lenguaje emotivo al afirmar que no era perfecta pero que siempre pondría primero las necesidades de la gente mientras que Donald Trump era un candidato elitista.
EL CARISMA
Se tiene o no se tiene. Y es indudable que Kamala Harris tiene un carisma que en ocasiones recuerda (a lo lejos) al de Barack Obama. Con una risa espontánea y traje chaqueta oscuro o blanco enardece a las masas en sus mítines con referencias a su contrincante que es inmediatamente abucheado. Está intentando atraer al votante republicano moderado, afirmando que tiene un arma en su casa, poniéndose de ejemplo de sueño americano para pasar de la cocina de un McDonald´s a la Casa Blanca o haciendo referencias constantes a la libertad preguntándose quién es el gobierno para quitar la libertad reproductiva de una mujer. Tiene un discurso enérgico y hace suyos los lemas de quienes hablan de crisis climática y de la libertad para amar a quien quieran. Domina el lenguaje emotivo a la perfección, habla de ir hacia adelante y de una lucha por el futuro.
EL DISPUTADO VOTO DEL COMPAÑERO DEL METAL
Michigan y Pensilvania son dos de los estados pendulares más importantes en esta campaña y por eso los candidatos se esfuerzan en poner sobre la mesa temas de campaña como la carestía de la vida, la reindustrialización o la inmigración. Trump quiere conseguir de nuevo la confianza del trabajador americano de clase media y Kamala Harris habla de bajar los impuestos a la clase media y subirlos a los ricos y grandes empresas. Trump también acudió esta semana a una entrevista televisiva con una escenografía más clásica con un fondo de madera y preguntas amables. Su posición corporal era inclinada hacia adelante, gesto serio, mirada en ocasiones baja y su habitual tono de voz característico.
El tema estrella fue la inmigración ilegal, que cifró en 21 millones de personas asociando a este colectivo a la criminalidad y a las enfermedades mentales ya que dijo que estaban trayendo criminales de todo el mundo que estaban tomando pueblos y ciudades enteras de los Estados Unidos. Como respuesta anecdótica dijo que su secreto para estar sano es comer buenas hamburguesas.
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